Nacemos cómo individuos pero desde el momento en que nacemos comienzan a colocarnos etiquetas y a hacer comparaciones o similitudes. A medida que crecemos recibimos normas y creencias que nos van adoctrinando para acoplarnos a la función normal de un sistema social regido por la política, la religión y por supuesto, el aspecto familiar y cultural. Terminamos copiando patrones, estudiando carreras universitarias que no queremos, viviendo en lugares que no deseamos y formando familia con parejas que ni realmente queremos. Dejamos de ser individuos para volvernos multitud. Hasta que llega el día en que decides despertar, a hacerlo diferente, a seguir tu instinto, desde entonces serás llamado irreverente, rebelde, malcriado, oveja negra o el favorito de mucho: Loco. Las etiquetas son las mismas solo que ahora le ponen nombres científicos acompañados de un diagnóstico para condicionar nuestro comportamiento por una "condición que padecemos". Pero sigue adelante, te criticarán, se alejaran de ti y tu de ellos, marcarás tu propio ritmo y terminarás aportando algo importante a la humanidad. Te apoyarán mucho, otros no lo harán, pero te atreviste a ser tu mismo y tus hater serán los que tienen miedo a hacerlo diferente, los cerrados de mentes, los que en su zona de confort se sienten seguros y desde ese puesto pretenderán destruirte por no pensar igual a ellos y a los demás. Atrévete a ser diferente, copiar a los demás sea quizá la piedra de tranca que no te permite avanzar. Nacimos como individuos, no como multitud. Eso sí, no olvides respetar las normas y a los que piensan diferente a ti, de lo contrario terminarás siendo igual que ellos desde una conducta diferente. ¿Eres individuo o eres multitud?
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