Ayer aprendí que los procesos, ciclos o cuestiones emocionales son naturalmente de subidas y bajadas, por ende nada lineales. Ayer que fue el día del padre, evidentemente lloré al mío que lo extraño con mi alma, se me notó, prácticamente no me paré de la cama en todo el día, y somatice también unas situaciones pseudo externas que dejé pasar. Viví de nuevo un episodio de ansiedad, me sentí horriblemente sola a pesar de estar acompañada, sentí pánico por lo que pudiese pasarme, y una vez más no pedí ayuda. No pasa nada malo, las recaídas, los malos días, los pensamientos recurrentes también forman parte del proceso. Hoy es otro día, un lunes que empezó bien distinto, exigente y raro. La autoexigencia también se hace presente a diario y aún así, voy hacia donde estoy manifestando y creyendo en mi. Ayudo a quien puedo, estoy para lo que pase en mi vida. Fluyo con no poder con todo al mismo tiempo, me martirizo menos si no puedo con una situación; quizás mañana no pueda con todo, y está bien. Y como dice María Becerra, le digo a la vida: "Porque ninguna noche me mata, baby, sino me mataste tú" #Fluye
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