Las despedidas son tristes pero respetar los motivos que nos llevan a ellas es necesario. Decidiste dejar este plano porque como me dijo nuestro @jaestaba viviste como quisiste Andre, cumpliste todas tus metas como profesional, estudiando y haciendo lo que te gustaba; tuviste fe desde siempre y alimentabas tu espíritu sirviendo en la iglesia, esa que amabas tanto. Y en lo personal, tejiste un abrigo para muchas personas, creaste una familia de voluntarios y les hiciste nacer ese mismo amor que sentías por ayudar a otros. Definitivamente no dejaste nada pendiente, hiciste todo lo que soñaste y aunque piense que te faltaba mucho por recorrer, sé que fuiste lejos y seguirás estando porque te encargaste de hacerte inolvidable. Si bien no estábamos tan cercanas últimamente, me duele despedirte porque dejar ir a un gran ser humano es un asunto muy difícil. Hoy me uno a ese dolor que deja tu partida, primero en tu esposo, tus padres, tu familia nuclear y en toda la familia voluntaria que formaste. Me quedo con los recuerdos que atesoramos juntas, con la calidez de tus manos cuando me saludabas (siempre me tocabas las manos, el hombro o los brazos) y el recuento de momentos que nadie fotografió. No olvidaré la conversa que tuvimos cuando estabas en China, puedo escuchar tu voz en mi cabeza diciendo "si lo quieres, ve por ello Ani... No te detengas... También me daba miedo irme lejos pero lo quería demasiado, me encomendé a Dios y a San Ignacio y lo logré". Gracias mi Andre, esa fue una gran lección.
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