Conozco dos formas de aprendizaje. Una, la primera y obligatoria, es indispensable porque nos forma, edifica y convierte en seres pensantes, racionales y cívicos, es decir, que por medio de este primer aprendizaje nos hacemos ciudadanos útiles. Es impartido en todos los niveles educativos y también se recibe en casa. . La otra es selectiva, nace adentro, como en el alma y se construye con las herramientas adquiridas en la primera. Elijo que aprender y que desechar, por ejemplo, ahora mismo yo escojo en otros lo que me interesa, lo que me instruye y me suma. Con este método de aprendizaje he evitado deslumbrarme, idenfico a las personas que son realmente cercanas y aparto a las conflictivas, hipócritas y negativas. Al tiempo que me conozco a mí misma, noto lo que me genera interés, me conecto con lo simple, disfruto los pequeños milagros del día a día, aprendo de mis emociones y me dejo llorar de alegría y de tristeza, le subo el volumen a mis carcajadas, me quito el tabú y los prejucios, me tomo fotos en medias en el parque porque me quito los zapatos para sentir el piso caliente y la grama, sé reconocer una injusticia y denunciar hasta ser escuchada. Ahora voy entendiendo de que sé trata el peo, el universo opera mediante un intercambio dinámico. Aprendemos para enseñar.
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