Han pasado 2 semanas desde que mi bebito fue al cielo👼🏻. En el judaísmo no le ponemos nombre al bebé sino hasta 8 días de nacido, pero desde que quedamos embarazados sentíamos que era niño 👶🏻 y ya le teníamos nombre y es ✨ABRAHAM✨! Después de ponérselo nos dimos cuenta de muchas “casualidades“ entre ese nombre e integrantes de nuestras familias! Después de 2 semanas pienso en él con muchas más sonrisas que lágrimas porque entiendo que debía ser un ángel. No soy de las personas que se da golpes de pecho y se cuestiona “por qué a mí?” A mí, porque así debía ser! Mi pérdida, ni la de nadie tiene culpas, eso ya estaba establecido desde que nosotros vinimos al mundo! Hay situaciones que se salen de nuestro control porque así son y ya! Por miles de razones, pero siempre para bien✨💛✨. Pero somos seres humanos que sentimos emociones y dependiendo de cuáles sean tienen su manera de ser procesadas. Cuando un día estás embarazada y al otro día no, quedas en una etapa de no entender nada. A veces sigo pensando que es un chiste. Ya tenía una ilusión inmensa, el cuarto diseñado, las fotos y de pronto se acabó💔, eso necesita un proceso de entendimiento. Según expertos cuando ocurren pérdidas, nuestro cerebro tiene que procesar mucha información en muy poco tiempo y se provoca un bloqueo emocional de mucho sufrimiento. Lo certifico! pero no podemos quedarnos pegados, y me alivia pensar que mi bebi no quiere verme sufrir, más bien quiere verme feliz sabiendo que tengo mi ángel VIP👼🏻. Hemos hecho varios rituales de despedida. Según la ciencia ayudan al cerebro a procesar la información y son sanadores! Al hacerlos siento que le doy a mi bebé una identidad y su lugar en la familia. Hoy más que nunca compruebo que el amor no mide tiempo ni espacio! ✨💛👼🏻✨
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