Después de mil años llegó el momento de la solemne ceremonia de titulación, hoy se cerró por completo el proceso universitario y por supuesto debo agradecer a mis padres ya que sin su apoyo incondicional, sin sus retos, sin esos abrazos de consuelo, sin el esfuerzo constante para poder sustentar los gastos universitarios y por supuesto los infaltables pancitos con queso Philadelphia que me preparaba cada día mi padre de colación, nada de eso sería posible y como dejar de mencionar a mi mamita ema quien siempre tuvo fe en mí y siempre me entrego su apoyo incondicional. Creo que a pesar de todo mejor carrera no pude haber elegido, amo lo que hago y siempre daré lo mejor de mi para ser cada vez una mejor profesional, lo prometo
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