Cuando en mi mente surgen pensamientos ansiosos, inquietos y malos, me voy a la orilla del mar, y es el mar quien los ahoga y los manda lejos con sus grandes sonidos, los purifica con su ruido, e impone un ritmo sobre todo lo que en Mí es desorientado y confundido. Definitivamente no se puede ser infeliz cuando se tiene toda esta belleza fiel, el olor del mar, la arena bajo los dedos, el aire, y el viento. Como dice el viejo refrán en el mar la vida es más sabrosa. Felíz domingo para todos, que Dios me los bendiga.
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