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Las dos formas más comunes en las que intentamos proteger nuestros corazones son mediante una extensión excesiva o una protección excesiva, ya que ambas evitan que experimentemos una forma segura y saludable de amor. La sobreextensión teme que al decir "no" y no dar energía, perderán cualquier posibilidad de recibir amor. Sus límites tienden a ser suaves y, a menudo, toman decisiones basadas en lo que sería mejor para los demás antes que ellos mismos. Se abandonan con la esperanza de ganarse el amor y la aceptación de otro. El sobre protector dice "no" fácilmente, y teme que dar energía solo les cause más dolor. Sus límites tienden a ser rígidos y, a menudo, piensan cómo pueden mantenerse seguros a toda costa. Rechazan a otros en un intento de evitar perderse, esencialmente evitando el dolor potencial de la intimidad. No estamos aquí para ceder ante las demandas de los demás sobre nosotros, cuando alguien nos pide que cambiemos quiénes somos para satisfacer sus necesidades, esto no es una solicitud de amor. Tampoco debemos construir muros de protección alrededor de nuestros corazones para estar seguros, porque en realidad, ya lo estamos. Si vivimos de nuestra verdad, al mismo tiempo que respetamos la verdad de los demás, podemos avanzar hacia una verdadera relación íntima. Podemos establecer límites y aún mantener un corazón abierto. Podemos honrar los límites de los demás sin sentirnos ansiosos, enojados o cerrados. Es el amor y la aceptación del yo, y este mismo regalo dado a los demás, lo que nos liberará del miedo. Mañana tenemos un nuevo video🔥

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