Oigan, la vida es demasiado corta como para no arriesgarnos a experimentarla. Hoy tuve el desagrado de compartir un momento con personas que me dejaron con mucha “ira interna” en un evento social al que me invitaron para conocer de nuevos talentos para la televisión. Tuve que sentarme junto a las personas que ya nombré y no escuché más de esos chicos que burlas y comentarios ofensivos hacia un chico que se presentó en el evento para conocerlo. ¿La razón? Le ganó los nervios. Y envés de apoyarlo, las personas con las que yo estaba sentado se reían y burlaban. Vi que eran de estratos sociales altos por sus escoltas y accesorios que llevaban puestos (porque es lo único de valor que tendrán en su vida). Y ahí me fijé que no eran más que niños gemelos a los que sus padres les dan todo y se creen dueños del mundo. No saben lo mal que me sentí por el chico que estaba en tarima y que escuchaban las risas de las personas de las que les hablo y en ese momento decidí decirles que se callaran la boca, porque no sabían lo que esa persona en el escenario estaba viviendo. Muchas veces las personas juzgan sin saber nada. Muchas veces nos importa madres lo que sienta otra persona sin saber cómo está o como se siente realmente. Yo lo he vivido, desde hace unos años he luchado contra un trastorno de ansiedad que me ha hecho llorar en ocaciones porque es algo que no quiero sentir pero que el cuerpo me obliga. Somos inmunes a sentirlo, a pesar de que no queramos. ¿Pero saben qué? Cuento ésta historia porque el niño que estaba en la tarima se salió un momento pero entró convertido en otra persona, en la persona que sabía perfectamente en su corazón que si era capaz de lograrlo porque ese era su sueño y volvió para robarse las miradas de todos porque lo hizo fenomenal. Me sentí identificado con ese niño porque recordé cuando hace un tiempo decidí ponerme los guantes y no dejarme vencer por esos bichos internos que aveces no nos dejan ser lo que queremos realmente. No es fácil, pero con esa valentía que me ha regalo el universo he logrado cosas que en éste momento miro y digo “¿Cómo llegué aquí?”. NO JUZGUEN, no señalen, compartan amor y apoyo. Nada es imposible para alcanzarlo. NADA
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