El asombro es el lenguaje de Dios. La rutina y el exceso de ritualismo, secuestran la simpatía de ese ser superior…
El asombro es el lenguaje de Dios. La rutina y el exceso de ritualismo, secuestran la simpatía de ese ser superior…
“El asombro es el lenguaje de Dios. La rutina y el exceso de ritualismo, secuestran la simpatía de ese ser superior que conquista la existencia humana con su amor.”
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