A veces quisiera ser Lucy. Sí. Lucy, la Valiente, Reina de Narnia, Señora de Cair Paravel y Emperatriz de las Islas Solitarias. Lucy creyó, y creyó hasta el final. Lucy se aferró a descubrir la grandeza de quien creó un mundo extraordinario, aún cuando ni siquiera conocía ese mundo. Pero en su corazón ella sabía que había algo más. A veces, cuando tengo miedo o me falla la fe quiero ser Lucy cuando dijo: —“Aslan, eres tú. ¡Lo sabía! Pero se negaron a creerme” Ella creyó, aún con miedo. Y aunque Aslan le respondió que porque a pesar de eso no fue a Él, de igual modo la recibió como si no hubiese pasado el tiempo, como si las dudas no pesaran más. Quisiera ser Lucy, para atreverme a ir sabiendo que el gran, el indomable, el Rey, me recibirá con amor inagotable, con ganas de protegerme. Me gusta su corazón de niña y guerrera a la vez. Me gusta como a medida que ella crecía, Aslan le parecía más y más grande y ella no dejaba de maravillarse de su gran melena, de sus fuertes patas. Me gusta que a pesar de verse chiquitica y débil frente a una criatura inmensa y peligrosa, ella no desaprovechaba un momento para abrazarlo. Quiero ser así, correr a sus brazos, recostarme en su regazo, sentirme chiquitica pero libre, al lado del Rey. “Si alguien puede parecer delante de Aslan sin que le tiemblen las rodillas, es la persona más valiente o simplemente la más tonta”. ❤️ Ann.
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