Cuando todo inició... Noches completas de desvelo, Calor del horno, terminaría al día siguiente retumbando en mi pecho, espalda, mis piernas agotadas y manos maltratadas. A 4 meses de esto la labor persiste, cómodamente claro ya sin trasnocho alguno pero firmemente con convicción
You've added this content to your favorites.
Post your comment
Load More