La mayoría del tiempo odio ser tan sensible, tener lo sentimientos a flor de piel porque me hace sentir débil. Todo me duele, todo me lo tomo “a pecho”, todo me hace llorar. Lo hermoso es cuando todo eso se convierte en mi valor y me hace luchar por un bien común, por el prójimo, por cualquiera que lo necesite. Eso me hace feliz, el ayudar a otros aun cuando yo no puedo ni conmigo misma, y me atrevería a presumir que es lo que me hace tan especial. Por eso no lo cambiaría jamás. Me siento orgullosa cada vez más de la persona que soy y en quien me estoy convirtiendo.
You've added this content to your favorites.
Post your comment
Load More