Como parte del plan de redención de nuestro Padre Celestial, todos experimentamos adversidad en esta vida. Las pruebas, las desilusiones, la tristeza, las enfermedades y el pesar son un aspecto difícil de la vida, pero con la ayuda del Señor nos pueden llevar al crecimiento, refinamiento y progreso espiritual. El éxito y la felicidad de una persona, tanto ahora como en las eternidades, dependen en gran medida de cómo respondemos a las dificultades de la vida.
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