"Eres la tarde de un viernes de colegiales, tan noche de San Juan en tiempos de cuaresma. Y yo, bufón sin rey, lloró por cualquier cosa, las lágrimas me lavan la cara polvorienta. Te vi, despierto y desarmado, desertor de batallas sin cupido. Te vi, niña aventurera, amapola en la vereda del camino. Llegarás como abril, mi fin de semana eterno. Bailaré para ti, reina de todos mis torneos. Si los lunes te duelen yo te levantaré. Cuando el viento arrecie, permaneceré de pie."
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