Detenidos, cómo la brisa en un día caluroso. Sintiéndonos como el señor puntual que no podrá llegar temprano a cenar con su gente por la tranca que se formó en la avenida sabiendo que todos están sentados en la mesa, esperando por él. Cada unos de nosotros tenía sus propósitos para éste año. Algunos estábamos logrando cosas que siempre habíamos querido, otros se quedaron en enero, frustrados porque todo pintaba mal. Pero todo ésto aunque no suene tan bien, ha servido. Si antes nos quejabamos por no tener algunos días libres, cuando tu nevera estaba llena, tus gastos y servicios al día, cuando en tus manos estaba el teléfono que había salido hace unos días y que todos querían, cuando en tu closet no faltaban los últimos lanzamientos de tu marca favorita. Hoy, que quizá estés con el triple de preocupaciones, rezando para que el día de mañana tengas con qué alimentar a tu familia, buscando la manera de generar ingresos para llegar a fin de mes y un sinfín de situaciones estresantes, es cuando nos damos cuenta, que las veces que nos quejamos, cuando lo teníamos todo, no era más que un acto de mal agradecimiento. Cuando todo ésto pase, espero que empecemos a valorar hasta el aspecto más mínimo de la vida. Que le demos gracias a Dios por el simple hecho de estar vivos y tener salud. Porque sin eso y sin la familia de uno, créeme, que nada importa. #QuedateEnCasa #QuédateEnCasa
You've added this content to your favorites.
Post your comment
Load More
