Para que una herida sane, se debe dejar de tocar. El cerebro envia señales a nuestro cuerpo para que pueda sanar automáticamente, pero si nos mantenemos constantemente tocando la herida, esta tardará en cicatrizar y sanar. Hasta que nuestra mente esta distraída, olvidando nuestra herida, sanando así rápidamente. A quién le ha pasado, que luego de terminar una relación, se pone a recordar los momentos vividos con esa persona aumentando así el dolor emocional. Pero así como una herida en la piel sana si la dejamos de tocar, lo mismo sucede con una herida emocional. No debes revivirla, debes comprenderla y aceptarla. El corte indica un desorden emocional, un profundo dolor mental que se manifiesta en lo físico para hacernos tomar consciencia de una llaga interior. Es un aviso, un signo de evaluar la dirección en la cual vamos o no estamos estancando. Debemos mirar el lugar en el cual nos cortamos, la actividad que estaba haciendo en ese momento y el pensamiento de ese instante; esto nos permitirá identificar el aspecto que debemos integrar. Por ejemplo, un corte en las manos indica quizás que sentimos culpa de expresar nuestra creatividad en las situaciones diarias, o bien que estamos irritados porque hacenos una cosa que no nos gusta; así como el corte en un dedo y su conexión con un aspecto de nuestra vida y un canal específico de percepción. Aceptar lo que debemos comprender, asumir la responsabilidad de nuestras elecciones y hacer el cambio que nos corresponde hacer para avanzar no alejará del dolor y nos permitirá sanar y avanzar.
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