LA LEYENDA DE EL “MÉDICO ASESIN0” AÚN RONDA POR LAS CALLES DE CATIA (OESTE DE CARACAS): . “La historia de Ricardo Carvajal se inmortalizó por el sabor de su guarapa. La generación de la década de los 50 y 60 todavía lo saca a colación, cuando evoca sus momentos de farra. Y es que hasta los más abstemios probaron la famosa guarapita del "Médico Asesino" y se deleitaron con ese sabor dulce de frutas, que lo convertiría en una leyenda de la calle Colombia de Catia. . Hacer mención del "Médico Asesino" en cualquier esquina de ese vecindario provoca reacciones. Todos tienen algo qué decir. Y no falta a quien se le escape una sonrisa, de esas que suelen ser reveladoras. "Claro, eran las más populares", comenta Antonio Arismedi. "Aquí venía gente hasta de Petare. Aparte, eran muy baratas. Así que todos la conocían". . "Él sabía prepararla muy bien y tenía un sabor sabrosito que hacía que a todo el mundo le gustara", comentó Manuel Pestana. "Había de parchita, piñita, guayabita, guanábana, entre otros. Se vendían en botellas de caña clara, envueltas en periódico. Nunca se preocupó por ponerles etiqueta ni por comercializarlas", acotó el historiador de Catia, Gilberto Antillano. . Cuentan que el creador de esta bebida espirituosa la vendía en su propio bar, que llevaba por nombre Canaima. Allí las preparaba y las despachaba. "Recuerdo que en la pared había un cartel que decía trago servido, trago pagado... Él te las entregaba envueltas en periódico, como una formalidad. Su negocio era el más visitado por los universitarios. Uno hacía una 'vaca' de 10 bolívares y con eso hacíamos una fiesta con tocadisco (risas)", recuerda José Quintero, de ProCatia. . Lo cierto es que toda esa generación se deleitó con su preparado, pero hoy ninguno recuerda el nombre del famoso "Médico Asesino". Sólo saben que murió y que sus hijos no siguieron con su negocio. . En lugar del Bar Canaima, ahora lo que existe es una venta de repuestos (en el año 2008, supongo que en el 2017 ya no existe tampoco). Y no queda ningún familiar en Catia que pueda hablar de la historia del "Médico Asesino". El único vínculo que aún queda es el de Rigoberto Bonilla, quien llevó su negocio por 18 años. Continúa.. | RedGage

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LA LEYENDA DE EL “MÉDICO ASESIN0” AÚN RONDA POR LAS CALLES DE CATIA (OESTE DE CARACAS): . “La historia de Ricardo Carvajal se inmortalizó por el sabor de su guarapa. La generación de la década de los 50 y 60 todavía lo saca a colación, cuando evoca sus momentos de farra. Y es que hasta los más abstemios probaron la famosa guarapita del "Médico Asesino" y se deleitaron con ese sabor dulce de frutas, que lo convertiría en una leyenda de la calle Colombia de Catia. . Hacer mención del "Médico Asesino" en cualquier esquina de ese vecindario provoca reacciones. Todos tienen algo qué decir. Y no falta a quien se le escape una sonrisa, de esas que suelen ser reveladoras. "Claro, eran las más populares", comenta Antonio Arismedi. "Aquí venía gente hasta de Petare. Aparte, eran muy baratas. Así que todos la conocían". . "Él sabía prepararla muy bien y tenía un sabor sabrosito que hacía que a todo el mundo le gustara", comentó Manuel Pestana. "Había de parchita, piñita, guayabita, guanábana, entre otros. Se vendían en botellas de caña clara, envueltas en periódico. Nunca se preocupó por ponerles etiqueta ni por comercializarlas", acotó el historiador de Catia, Gilberto Antillano. . Cuentan que el creador de esta bebida espirituosa la vendía en su propio bar, que llevaba por nombre Canaima. Allí las preparaba y las despachaba. "Recuerdo que en la pared había un cartel que decía trago servido, trago pagado... Él te las entregaba envueltas en periódico, como una formalidad. Su negocio era el más visitado por los universitarios. Uno hacía una 'vaca' de 10 bolívares y con eso hacíamos una fiesta con tocadisco (risas)", recuerda José Quintero, de ProCatia. . Lo cierto es que toda esa generación se deleitó con su preparado, pero hoy ninguno recuerda el nombre del famoso "Médico Asesino". Sólo saben que murió y que sus hijos no siguieron con su negocio. . En lugar del Bar Canaima, ahora lo que existe es una venta de repuestos (en el año 2008, supongo que en el 2017 ya no existe tampoco). Y no queda ningún familiar en Catia que pueda hablar de la historia del "Médico Asesino". El único vínculo que aún queda es el de Rigoberto Bonilla, quien llevó su negocio por 18 años. Continúa..

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LA LEYENDA DE EL “MÉDICO ASESIN0” AÚN RONDA POR LAS CALLES DE CATIA (OESTE DE CARACAS): . “La historia de Ricardo Carvajal se inmortalizó por el sabor de su guarapa. La generación de la década de los 50 y 60 todavía lo saca a colación, cuando evoca sus momentos de farra. Y es que hasta los más abstemios probaron la famosa guarapita del "Médico Asesino" y se deleitaron con ese sabor dulce de frutas, que lo convertiría en una leyenda de la calle Colombia de Catia. . Hacer mención del "Médico Asesino" en cualquier esquina de ese vecindario provoca reacciones. Todos tienen algo qué decir. Y no falta a quien se le escape una sonrisa, de esas que suelen ser reveladoras. "Claro, eran las más populares", comenta Antonio Arismedi. "Aquí venía gente hasta de Petare. Aparte, eran muy baratas. Así que todos la conocían". . "Él sabía prepararla muy bien y tenía un sabor sabrosito que hacía que a todo el mundo le gustara", comentó Manuel Pestana. "Había de parchita, piñita, guayabita, guanábana, entre otros. Se vendían en botellas de caña clara, envueltas en periódico. Nunca se preocupó por ponerles etiqueta ni por comercializarlas", acotó el historiador de Catia, Gilberto Antillano. . Cuentan que el creador de esta bebida espirituosa la vendía en su propio bar, que llevaba por nombre Canaima. Allí las preparaba y las despachaba. "Recuerdo que en la pared había un cartel que decía trago servido, trago pagado... Él te las entregaba envueltas en periódico, como una formalidad. Su negocio era el más visitado por los universitarios. Uno hacía una 'vaca' de 10 bolívares y con eso hacíamos una fiesta con tocadisco (risas)", recuerda José Quintero, de ProCatia. . Lo cierto es que toda esa generación se deleitó con su preparado, pero hoy ninguno recuerda el nombre del famoso "Médico Asesino". Sólo saben que murió y que sus hijos no siguieron con su negocio. . En lugar del Bar Canaima, ahora lo que existe es una venta de repuestos (en el año 2008, supongo que en el 2017 ya no existe tampoco). Y no queda ningún familiar en Catia que pueda hablar de la historia del "Médico Asesino". El único vínculo que aún queda es el de Rigoberto Bonilla, quien llevó su negocio por 18 años. Continúa..

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