Cuando inicias un proyecto siempre hay miedos e incertidumbres. Yo tuve muchas. Recuerdo que una de ellas tenía que ver con el nombre, ese "jevitas" tan coloquial que lo conocen solo en Venezuela y ese "intensas" que en vez de su significado real, lo tergiversar haciéndolo parecer despectivo. Sabía lo que se me venía encima. Las críticas, los juicios. Sabía también que no mucha gente iba a entender lo que hacíamos y encima que no muchos se iban a conectar por simples "prejuicios" y creencias limitantes. Sabía que escribir era un arma de doble filo. Porque como conecta, también te deja el alma desnuda ante quienes te leen y que por mucho tiempo no iba a poder ocultarme de todos. Un día tendría que dar la cara. Pero también descubrí algo, cuya maravilla pisotea lo que ya sabía. Descubrí que una idea puede conectar y unir propósitos. Descubrí que nuestras palabras sanan e impulsan. Descubrí que podemos despertar acciones y talentos en otros. Que las ideas locas pueden convertirse en verdaderas y aplastantes soluciones.❤️ • Que nadie puede hacernos sentir menos si conocemos plenamente nuestra identidad. Porque lo que hacemos, merece la pena, la vida, los dramas, el llanto, las muchas risas y mariposas en el estómago. Hoy este proyecto loco se convirtió en mi propósito de vida, en mi empresa y solución. En mi manera de impulsar talentos femeninos, de educar y emprender ✨ las quiero.
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