Te ví y sentí que mi mundo ya no era igual, te escuche y mis cinco sentidos iban a estallar, te conocí y definitivamente ya mi manera de ver la vida no era la misma, mis mañanas tenían un aroma diferente, ni el café recién colado podía aplacar o confundir ese aroma...aroma a pasión, a lo que podía comenzar a crecer entre tú y yo, aroma a deseo y simplemente te esparciste como granada fragmentaria en mi cuerpo y te insertaste en cada rinconcito. El amor me atrapo, soy su prisionera nuevamente, pero te juro que pagaría ésta condena infinita si mi cárcel eres tú.
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