La armadura que utilizamos suele hacer más daño que la espada de nuestros enemigos. Nos pesa, nos asfixia, nos irrita, nos agobia hasta terminar matándonos. Cuántas veces por temor a que nos lastimen de nuevo formamos una coraza para evitar que nos hagan daño. Y resulta que esa coraza se endurece, nos aleja incluso de aquellos que quisieran apoyarnos, hasta un punto en el que nuestra piel se irrita mostrándose con alergias, ronchas, acné y otras consecuencias físicas que terminan representando la manera como nos mostramos ante el mundo. Si pudieron hacernos daño una vez, quizá otra, y bueno otra más, pero el problema está en que seguimos enfocados en el daño y no en la cura. Tanto llegamos a tener a algo que termina sucediendo. Entonces, enfoquemos mejor nuestra atención en aquello que queremos como beneficio y ejecutamos planes de acciones para atraerlo? Cambiar de ambiente, de grupos, de entorno, de ropa, de personas, de alimentarnos. Cambiar. A veces culpamos a la medicina de no funcionar al no curarnos algo que dentro de nosotros mismos no rehusamos a cambiar. #AlBarela
You've added this content to your favorites.
Post your comment
Load More