He notado con mucha preocupación, que a los talleres, diplomados o cualquier certificació, asisten personas que más allá de querer obtener una acreditación, lo que buscan es ser escuchados con mucha atención en este tipo de facilitación Existe una profunda necesidad de ser escuchados pero son incapaces de escuchar a los demás, de hecho, hasta se ponen a conversar con el compañero de al lado cuando alguien se levanta a contar una vivencia personal. Me imagino que sus conceptos mentales son "mis problemas son más grandes que los de otros, ya a mí me escucharon, me vale madre lo que tengan que contar los demás". Epa, ya va, y.el respeto en dónde está? También están los que se la pasan asintiendo con la cabeza cuando el facilitador hace una reflexión interesante y comentan "es así, es verdad, sabes que una vez un amigo, una tía, mi hermano, compañera de trabajo, mi mamá o mi papá, pasaron por..." ... o sea... ellos no están ahí, estas tú y por eso es que no terminas de resolver tus problemas porque en lugar de expresar los tuyos, estas es pendiente de los peos de los demás. También están los que pasan de primeritos a exponer una situación que los tiene mal y después de terminar se sientan en primera fila a oír y opinar acerca de los procesos de los demás, cual jurados de Reality Show como si la opinión de ellos la están pidiendo... NO... Para eso está allí "el profesional"... Si tanto sabes entonces dicta tú un taller y comienza a facilitar también. Esto es un llamado de conciencia tanto para los que asisten a talleres, diplomados, cursos o certificaciones como para aquellos que los van a facilitar porque también entra en juego la ética del profesional. El principio de estas actividades se basa en el respeto y no en mostrar quién sabe o sufre más. Fin del Comunicado. #AlBarela
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