Esta mañana, antes de llevar a @esgabolove al colegio, conversamos sobre diferentes temas: El traje de baño perdido de natación, la evidencia en el pantalón de sus centímetros más de altura, la cena repetida en el desayuno y la muerte de Oscar Pérez. Casi antes de montarse en el transporte me dijo “Esto ya parece Black Mirror, el que se revela lo matan” se despidió con su recurrente “Te amo ma’” y me dejo ahí, con las palabras rebotándome en mi cabeza y un duelo que no se supera con una taza de café. Estamos acostumbrados a debatir los problemas por esta vía, a castigar al que “se hace la vista gorda” a alabar al que se toma dos segundos en compartir una imagen repetida, pero cuando mi niño de 12 años hace una comparación con una de las series más oscuras y rebeladoras de los últimos años, sin duda, no estamos GRAVE sino lo siguiente. Yo no voy a decir que hacer o que no hacer, no me volveré una jueza poseedora de la verdad única y buscare culpables (en redes cuando se que están en la calle, tranquilos y bien alimentados) y no lo hrare porque no tengo ni puta idea (como la gran mayoría), sólo veo que nos quieren reducir las opciones mostrándonos dos salidas: o la morgue o maiquetía (por no mencionar una balsa rumbo a curaçao) ¡Como DUELES Venezuela!
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