No dejes que te digan que el rosa es de niña y el azul de niño. No dejes que te digan que llorar está mal, ni que el ser fuerte no demuestra femineidad. No dejes que los vestidos te estorben, ni que los jeans te ajustes. No dejes que los te sigan matando, disfruta el andar descalza. El cuidar de tu imagen no te hace menos hombre, solo te hace más atento. Los hombres también son sensibles y dulces, y las mujeres saben disfrutar de un buen partido. Que no te digan que una mujer lleva el cabello largo, llévalo a tu gusto y píntalo de colores si quieres. No permitas que te digan que el depilarte es cosa de niñas cuando nosotras en invierno creamos nuestro abrigo de cabellitos. Deja de creer que la belleza es un 90,60,90 cuando en realidad está en tu intelecto. No todas las mujeres saben cocinar, eso no te hace mala y los hombres que cocinan en hora buena, ya que tienen un gusto exquisito. Tener rollitos no me hace menos guapa, y no todos los músculos encantan. ¿A quien no le gusta una buena canción de Miranda? Y no, esas no son “mamadas”. De chiquita jugué con carritos, ¿y que? Las muñecas no fueron lo mío. Yo propongo que; ¿y si dejamos de dividir los sexos y crear estereotipos de como debemos ser? Siglo 21, pleno final del 2017 y nosotros seguimos con una mentalidad tan pasada de tiempo.
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