Este universo sostiene a todas las criaturas en alineación con su forma más pura. Esta tierra no pretende ser nada más que lo que ya es. La perfección sin esfuerzo y la belleza inimaginable de nuestro mundo natural, es un síntoma de rendición, originada a través del hilo universal de la interconexión que fluye a través de todos los seres vivos. Cada aspecto de la creación recibe todo lo que necesita para ser cumplido aquí en la tierra. Las esbeltas ramas de un roble, que se extienden constantemente para acunar el cielo. Las alas frágiles y ágiles de una abeja, llevando su cuerpo delicadamente mientras baila de flor en flor. Las briznas de hierba moteadas suavemente con el rocío matinal. La curvatura de una ola y como colapsa dentro de ella misma. La tormenta de canciones de cuna resonando en las montañas esmeraldas al atardecer. Nadie ve caer una gota de lluvia sobre la tierra y dice: "eso podría haber sido mejor, esa gota de lluvia debería regresar a su nube e intentarlo de nuevo." No? Pero, por qué somos tan crueles y duros con nosotros mismos? Al igual que la propia naturaleza, el propósito es simplemente ser. Justo como tú eres. Aquí y ahora. Cada uno de nosotros fuimos ubicados aquí con un propósito. Un sueño. Un regalo, que solo nosotros podemos dar. Esta es la cura. No confíes en la comprensión limitada de una mente condicionada para ser consolado por la jaula de la certeza. No sacrifiques este sueño que remueve las profundidades de tu alma, por la ilusión de la seguridad. Seguí tus miedos con la libertad que perdura en el borde de la racionalidad y la espontaneidad. Perseguí sin paliativos esta pasión, honra implacablemente tu intuición, es el regalo más desinteresado que podes ofrecer a este mundo. No hay nada digno en enterrar tu belleza, tu potencial infinito, para encajar en un mundo roto. La elevación de tu existencia en su más alta esencia iluminará los caminos de innumerables almas, y nos guiará a lo largo del camino de la interconexión universal hacia el recuerdo colectivo de nuestros orígenes. Escucha la quietud que persiste dentro de las profundidades de tu sagrado corazón. Deja que sus suaves susurros te guíen. La salida, está adentro.
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