Él es Rodrigo Araya, un médico venezolano que atendía en la comunidad de Canaima, estado Bolívar. Como era de esperarse, por ejercer su profesión en un pueblito tan remoto, le tocó ver de todo y trabajar con lo que tenía a la mano. Cuenta que hace casi un año, cuando él y sus compañeros ya estaban agotados física y psicológicamente, llegó el caso de una mamá a punto de dar a luz. El trabajo de parto duró 17 horas por lo que fue un caso complicado; la madre ya estaba exhausta, el bebé no lograba colocarse en la posición correcta y no había forma de trasladarlos a algún centro con los implementos necesarios. Cuando lograron sacar al niño se dieron cuenta que se encontraba hipotónico y enseguida le colocaron oxígeno. Rodrigo lo cargó y frotó sus manos en las espalda para poder darle algo de calor hasta que logró hacerlo llorar y poco a poco se puso rosadito. Para su sorpresa, cuando iban a firmar el acta de nacimiento el día siguiente la madre agradecida decidió llamarlo como él: Rodrigo. Personas como Rodrigo son claros ejemplos de #LoBuenoDeVenezuela. Un país lleno de personas solidarias que se niegan a desaparecer. FUENTE : lo bueno de Venezuela 🇻🇪 #voltealaarepa #orgullodevenezuela #talentonacional
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