Tomate 5 minutos y deja de hacer lo que estás haciendo, necesito que me leas. Quiero preguntarte algunas cosas, o mejor aún preguntatela tú. Quiero que recuerdes las metas que te pusiste más de una vez. Viajaste a donde querías viajar, conociste la gente que querías conocer, empezaste el gimnasio los lunes que lo prometiste. Te contentaste con esas personas que estar bravos te lastima, aprendiste a deterner el tiempo en los momentos que debe ser parado, aprendiste a dejar de ver el celular cuando alguien te necesita más que la pantalla. Pregúntate si eres la dueña de tu vida, que no te has dejado mal tratar, ni pisar, ni manipular por nadie. Respondete con sinceridad si no te has alejado de lo que te aleja de ti, dime que nadie te ha privado de hacer algo que amas, que respetas tus espacios, tus soledades, tus llantos y tus risas. Respondete si has amado con intensidad, y si te han amado de verdad, que honras a los que aunque ya no están, te han dejado momentos buenos en tu vida, y que no hablas mal de ellos, solo para que otros se sientan mejor. Ojalá hayas reído tanto que no recuerdes cuando empezaste y cuando terminaste. Dime que tienes amigos, que le dedicas el tiempo cuando los necesitas y más tiempo aún cuando te necesitan. Dime que si te traicionaron estás dispuesta a perdonar, aunque perdonar no signifique retroceder y que si vas a amar lo harás desde la libertad. Respondete si el que te escribe el viernes es el mismo que te escribe el domingo, porque un viernes escribe cualquiera. Regalate 5 minutos, y respondete si te estás valorando, o estás muriendo por partes.
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